Esta obra distribuye su programa en un solo nivel con diferentes áreas, siendo la primera, el acceso general, la segunda, el área social, una tercera área de habitaciones y estudio y finalmente, la zona de la terraza que rodea un gran porcentaje de la casa. El interiorismo de la casa CASTILLO manifiesta una distribución racional y cómoda de las estancias, logrando determinar el recorrido más lógico entre ellas.
La organización espacial se encamina a caracterizar cada espacio como algo único. Llevar a cabo dicha organización pasa, necesariamente, por tener claro cuáles son las paredes maestras, las que identifican plenamente los espacios, y determinar qué zonas y elementos iban a conservar su posición dentro de la nueva distribución, siendo esto una tendencia al lograr establecer una relación más abierta entre las diferentes estancias de la casa, principalmente en el área de cocina. De este modo, el repertorio de materiales se ha variado al máximo, para lograr un ambiente moderno que transmitiera originalidad. Los suelos de las áreas sociales se han recubierto de tonos grises en variedad tonal, así como en variedad de figura; este tono proporciona un ligero contraste con los diversos acabados de las paredes y cielos rasos que encierran todos los interiores, y a la vez, se convierte en el armonizador con lo cromático del resto de la casa; como complemento a toda esta composición se usó el tono negro a lo largo del piso del pasillo encargándose de hacer una transición entre los pisos de las áreas privadas y comunes. La habitación principal se libera de divisiones sólidas, permitiendo una interrelación de todas las actividades que allí conviven permitiendo tener una sensación de amplitud mucho más generosa, distinguiendo cada espacio a través de cambios de piso o de elementos traslúcidos.