Por fin vamos camino al último nivel y, en el ascenso, vemos unas escaleras iluminadas sutilmente, que culminan en el área del salón donde todo sucede. Continuando por este camino de sensualidad, se encuentra el gran salón general, que se divide en diferentes áreas: la primera contiene la barra y la recepción, ambos espacios demarcados por el hierro en acabado negro e iluminación cálida, aquí, reemplazamos las imágenes insinuantes que antes cubrían las paredes del lugar, por elementos elegantes y delicados; la segunda, que contiene todo el escenario con ambientación tipo cabaret y la integración de los espectadores y clientes a través de sillones capitoneados en tonos rojos y los salones VIP con acabados florales y sensuales que permiten tener una mayor intimidad pero a su vez, interactúan con el resto de las áreas, y todo ello enmarcado por un techo continuo cubierto de vegetación que se ilumina de manera indirecta en tonos multicolor. Finalmente y para cerrar con broche de oro, se encuentra el mezanine que nos regala una vista estupenda de la gran ciudad que brilla en la noche y hará que cualquier visitante, siempre quiera regresar.